El interés compuesto, es aquel interés que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses.
El dinero, en este caso, tiene un efecto multiplicador porque los intereses producen nuevos intereses.
Hay otras formas de aumentar el capital invertido y que vaya creciendo en cada periodo aumentando así los intereses. Ahí es donde juegan un papel primordial esas pequeñas decisiones. Por ejemplo, quizá decidimos esperar a tener $5,000 para invertir; con un ahorro mensual de $500, tardaremos 10 meses en acumular esa cantidad. Si en cambio, decidimos cada mes invertir $500, desde el primer mes ya estaremos generando intereses de esa cantidad; que además podremos volver a reinvertir.
Ejemplificado en números tenemos el siguiente caso según distintos escenarios en base al uso del capital y los intereses. Partimos de una inversión de $1,000 a 20 años, con un tipo de interés del 10%, según la estrategia escogida obtendremos una rentabilidad u otra.
- Escenario 1: no invertimos ese capital y lo dejamos en nuestra cuenta corriente. Tendremos los mismos $1,000 pasados 20 años, con la correspondiente pérdida de poder adquisitivo por el efecto de la inflación.
- Escenario 2: los invertimos aplicando el interés simple, es decir, retirando anualmente los intereses. En este caso conseguiremos multiplicar x3 nuestro capital al cabo de 20 años, obteniendo un capital final de $3,000 ($1,000 iniciales y $2,000 generados por intereses: $100 cada año durante 20 años).
- Escenario 3: lo invertimos aplicando el interés compuesto, es decir, reinvirtiendo los intereses, conseguiremos multiplicar x7 nuestro capital al cabo de 20 años, obteniendo más de $7,000.
A medida que pasan los años y mantenemos esta estrategia a largo plazo, más nos apalancamos en el efecto compuesto y más juega a nuestro favor.
Por eso, en el caso anterior, si en lugar de 20 años, tenemos un horizonte temporal de 3 años, apenas hay diferencia entre el escenario 2 y 3 ($300 de intereses en el escenario 2 vs $331 de intereses en el escenario 3). En cambio, ya hemos visto que, a lo largo de 20 años, multiplicamos x7 nuestro capital en escenario 3 gracias a un crecimiento exponencial del capital invertido (la reinversión de los intereses para generar más intereses), no linealmente como el escenario 2.
Por eso, en el caso anterior, ahora ya centrándonos en el escenario 3, este sería el desglose según el ampliemos el horizonte temporal:
- a 30 años obtendremos más de $17,000
- a 40 años obtendremos más de $45,000
- a 50 años obtendremos más de $117,000
- a 60 años obtendremos más de $304,000
Por este y otros motivos, no hay como la inversión a largo plazo aprovechando el interés compuesto. Y si piensas que un horizonte temporal de 50 años vista es mucho tiempo, y aquí dependerá de tu objetivo al jubilarte.
Uno de los mayores referentes en el mundo de la economía, Warren Buffet, consiguió situarse entre los inversores más exitosos del mundo, gracias al efecto compuesto de sus inversiones, y no sólo a lo bueno que sea operando el mercado.
Y esto de hecho, no solo lo encontramos en la economía, también en general en la vida como el efecto compuesto o en inglés, the compound effect.
El efecto compuesto, compound effect, se basa en el principio de que pequeñas decisiones y elecciones ejecutadas de forma consistente, en el largo plazo, crean una diferencia abismal. El efecto compuesto lo acuñó Darren Hardy y lo podemos aplicar al mundo de las finanzas y también a otros aspectos personales como aprender, el deporte, la dieta y otros tantos.
Estas pequeñas decisiones mantenidas en el tiempo traen consigo cambios drásticos más que proporcionales a lo que son en sí mismas en el transcurso de una vida. Precisamente son su longevidad donde radica su dificultad, y no en el esfuerzo en sí mismo de la acción o decisión; mentalidad que va en contra de la cultura de buscar el atajo que dé resultados inmediatos y en lo sensacionalista que venden los cambios radicales.
Este compound effect actúa como multiplicador de estos cambios de forma que los resultados no los experimentamos o disfrutamos de forma lineal, sino que a medida que pasa el tiempo crecen más que exponencialmente. Esta no inmediatez del disfrute de los resultados tan espectaculares, provoca que no lo aprovechemos tanto como deberíamos.