Antes de comenzar con la guía voy a responder las preguntas frecuentes y sobre todo básicas en este tema:
¿Qué son las Finanzas Personales?
Son la administración del dinero de una persona y considera los gastos y los ingresos. Una correcta administración de tu dinero es igual a tener finanzas sanas.
¿Para qué sirven las finanzas personales?
Sirven para entender en que gasta una persona, ahorrar e invertir para multiplicar tu dinero.
¿Por qué son importantes las finanzas personales?
Porque si las haces correctamente, te permiten hacer rendir más tu dinero, y son el primer paso para invertir lo que te permitirá cosas como: trabajar menos, viajar más, retirarte o jubilarte pronto.
Resueltas las preguntas básicas, vamos a comenzar con puntos clave que debes conocer para evitar el relleno. Si tienes alguna duda, déjalas hasta abajo donde están los comentarios y trataré de responderte lo más pronto posible 👇
Tabla de contenidos
Tu Personalidad en tus Finanzas Personales
Parece una ambiguedad hablar de la personales en las finanzas personales, pero es que por eso son «personales», están intimamente relacionadas a la personalidad.
Un factor clave en la parte personal de finanzas personales es que son una extensión, de una forma u otra, de quiénes somos. Por ejemplo, si estoy muy involucrado en cuidar el medioambiente y el sector verde, mis inversiones podrían ir enfocadas a empresas o activos que promuevan, por ejemplo, las energías renovables. Si me fascina la tecnología, y por ende estoy al tanto de lo que ocurre en el sector, también me puedo beneficiar de esa información para aprovecharla en mis decisiones económicas.
Cuando hablamos de finanzas personales, quiénes somos tiene un papel importante en muchos sentidos: nuestros valores, nuestra disposición o miedo al riesgo, nuestros objetivos, nuestro alcance en el tiempo y de los rendimientos que esperamos entre muchos otros factores.
Pero, sobre todo, la parte emocional de las finanzas personales juega un papel muy importante a la hora de no dejarse llevar por el pánico por situaciones de mercado. Si no tuviéramos ningún vínculo emocional con nuestras inversiones, nuestra estrategia y lo que decidimos, seríamos más propensos a dejarnos llevar por “el mercado» o “la sociedad» en lugar de nuestros valores y nuestra estrategia.
Así que, justamente en un tema como las finanzas donde está por encima de todas las cosas la lógica, la racionalidad y los números, ayudarnos de la emoción nos puede servir para mantenernos en el camino.
Revisa tus gastos y recorta lo que puedas
El primer paso en tu camino a las finanzas personales sanas es este. Necesitas comprender en que gastas para revisar si es posible recortar algún gasto innecesario, te pongo ejemplos míos que recorte en su momento:
- Suscripción a crunchyroll, la tenía para ver sólo una serie de anime (Shingeki no Kyojin o Ataque de los titánes), la verdad es que pasaban meses y no veía nada, me «resuscribo» cada ciertos meses para evitar pagar cada mes sin sentido.
- Suscripción a Netflix, lo mismo que con crunchyroll, y me dio oportunidad a cambiar entre suscripciones para ver otros contenidos.
- Suscripción a Spotify, paso mucho tiempo en YouTube y un día decidí contratar YouTube Premium, a la vez que pagaba Spotify Premium, porque ni idea tenía que mi suscripción a Premium incluía YouTube music, que es como el Spotify de YouTube.
- Comer en restaurantes, aunque lo disfruto mucho, le baje un poco porque comía demasiadas veces en restaurantes, lo sigo haciendo pero menos veces.
- Plan de telefonía, me bajé de plan porque analizando mis consumos, ni usaba los GB que pagaba.
En fin, de eso se trata este primer paso. La única forma de lograrlo es rastrear o trackear tus gastos, puedes hacer con alguna app gratis o hasta con un Excel.
Haz el seguimiento de un mes de gastos y analiza que puedes optimizar para gastar menos. Yo por ejemplo, así me di cuenta la cantidad de dinero que se me iba en restaurantes.
Cuidado, tampoco se trata de quitar lo que te hace feliz, no soy fan de esos que se vuelven obsesivos recortando sus «gastos hormiga». Simplemente es analizar donde puedes recortar un poco cuando crees que puedan ser gastos innecesarios o que puedas optimizar.
Ahorra
El siguiente paso es ahorrar, de preferencia si puedes ponerte una meta mejor. Al tener un control de tus gastos, te permitirá planear mejor y saber cuando dinero puedes ahorrar al final de la quincena o al fin de mes.
Un 10% no estaría mal, pero si puedes ahorrar todavía más mejor. Lo ideal sería ahorrar un 50% de tus ingresos, se que suena complicado pero es posible, la clave esta en aumentar tus ingresos. ¿Cómo? pues:
- Buscar un aumento en tu trabajo.
- Cambiar de trabajo.
- Otro trabajo o actividad que te permita un ingreso extra.
Te dejo este enlace, con una serie de ideas que hice para generar ingresos extra en internet, lo puedes hacer desde tu casa, hoy en día afortunadamente una computadora y una conexión a internet nos abre un mundo de posibilidades.
Crea un fondo de emergencia
Una vez que comienzas a ver que tus ahorros comienzan a crecer, la siguiente preguntas es. ¿Qué hago con ese dinero? Lo primero, es crear un fondo de emergencia.
El fondo de emergencia es un «guardadito» para cualquier emergencia. Una de esas emergencias puede ser incluso quedarte sin trabajo.
El fondo de emergencia es otro de esos conceptos que tiene potencialmente un significado diferente para cada uno de nosotros.
Pensemos por ejemplo una persona que:
- Vive sola.
- Tiene casa propia.
- No tiene auto ni necesidad de transporte para acudir al trabajo.
- Cuenta con seguro médico.
- Tiene su casa asegurada.
Para una persona así, el fondo de emergencia que necesita estará planeado a pagar algún imprevisto referente a la casa que no le cubra el seguro y poco más.
En cambio, vamos al extremo:
- Una pareja con tres hijos.
- Hipoteca.
- Trabajo inestable.
- Sin seguro de hogar ni médico.
- Con dependencia del coche.
El depósito para cubrir emergencias que necesitan será mucho mayor. En definitiva, debemos descubrir para nosotros qué significa “básica» de la expresión “necesidades básicas» para poder cubrirlas con solvencia.
Por tanto, debemos mapear, en base a nuestras necesidades básicas, aquellas áreas que tienen cierto riesgo de ocurrir imprevistos que debamos cubrir sin alterar nuestra estrategia financiera y durante cuánto tiempo.
Algunos autores dicen que un fondo de emergencia debería cubrir 6 meses de todos tus gastos.
Es importante recalcar que el objetivo del fondo de emergencia es cubrir necesidades sin que alteren nuestra estrategia financiera. Eventualmente siempre podemos acceder a un crédito para cubrir esa emergencia. El problema es que, si lo hacemos así, nos crea luego la necesidad de devolver ese préstamo y sus intereses. O, por ejemplo, quizá no disponemos de ese depósito y necesitamos retirar parte de nuestros activos financieros para cubrir ese imprevisto, alterando así nuestros rendimientos e incurriendo en posibles penalizaciones, no aprovechando el interés compuesto y dependiendo de la liquidez o no de esos activos.
Paga deudas
Evita arrastrar deudas. Págalas lo más pronto que puedas ya que de lo contrario no te permitirán liberarte financieramente y mucho menos pensar en el siguiente paso.
Con esto no quiero decir que te paralices en este punto hasta que termines de pagarlas, pero planea correctamente los pagos que debes hacer y de ser posible evita nuevas deudas sobre todo si no tienes control sobre las que tienes.
Una deuda mal administrada no te permitirá tener finanzas personales saludables, los intereses pueden mermar completamente tu crecimiento económico.
Trata de hacer los pagos que debes hacer cada mes de forma completa, me refiero a no hacer el pago mínimo ya que este sigue generando pago de intereses. La deuda es buena, siempre y cuando se comprenda completamente y se administre correctamente.
Invierte
Una de las principales dudas a resolver cuando empezamos a invertir es la cantidad que destinaremos a estos instrumentos financieros.
Importante: no debemos invertir con dinero que necesitemos en el corto plazo.
La razón de no invertir dinero que podamos necesitar en el corto plazo no es solo por todas aquellas situaciones imprevistas que puedan pasar (por ejemplo: que se nos ponche una llanta del coche, atención a un accidente imprevisto) sino porque debemos mantener la sangre fría en el dinero puesto en nuestra estrategia a largo plazo y poder ‘congelarlo’ como si estuviera perdido.
De esta manera nos protegemos de las emociones que podamos sentir en contextos de crisis donde veamos como baja el valor de nuestros activos, pero también para mantenerlos a largo plazo y poder aprovechar variables como el interés compuesto.
Para establecer unos objetivos, unos límites y un colchón de seguridad que nos libere de esa presión, la presión de sacar el dinero de nuestras inversiones antes de tiempo, tenemos dos herramientas básicas como salvavidas: el fondo de emergencia y el nuestro objetivo financiero.
Lo mismo nos ocurre cuando, en términos financieros, hablamos de conceptos que para cada uno puedan tener una definición o un alcance diferente. Por ejemplo, el fondo de emergencia.
Te comparto una guía completa para principiantes sobre como invertir y todo lo que existe en el mundo de las inversiones, desde las más seguras hasta las que no lo son tanto.
¿Pagar deudas o invertir? ¿Qué hacer primero?
Siempre lo mejor es destinar el ahorro en pagar cualquier deuda que tengamos antes de pensar en comenzar a invertir.
Sería mejor invertir primero en vez de pagar las deudas y con los intereses ir pagando la deuda. ¿no?
Pues es poco probable poderlo hacer, por una parte, ya que seguramente los intereses y cargos que nos traiga esta deuda sean superiores a los rendimientos de inversiones estándar que realicemos. Por tanto, el neto entre los rendimientos de las inversiones vs los intereses de las deudas será a favor de estos últimos. Es más aconsejable destinar el dinero en no incurrir ni acumular esos gastos e intereses provenientes de la deuda que en posibles rentas futuras por parte de las inversiones.
Eso nos lleva al segundo punto. Mientras que los intereses y plazos de esas deudas es algo seguro, dependiendo del tipo de inversiones que hagamos no obtendremos beneficio o no tanto según la situación económica de ese mes o año. Por tanto, eliminar un gasto asegurado siempre será más recomendable que esperar a un posible y futuro rendimiento.
Pagar la deuda nos deja en una mejor posición largo plazo, más cerca de esa posible libertad financiera como objetivo.
Imaginemos invertimos a la vez que mantenemos la deuda. Quizá coincide una temporada en la que los rendimientos de nuestras inversiones no son positivos, y además los intereses de las deudas incrementan o sufrimos cambios laborales inesperados u otros imprevistos. Todo ello nos provocará tensiones y dudas que pondrán en riesgo mantener nuestra estrategia financiera.
Sin embargo, hay excepciones, si por esta estrategia de pagar primero la deuda, te priva de no aprovechar determinadas oportunidades y posibilidades de inversión con un retorno exponencial; entonces estaremos aprovechando una oportunidad de oro, inigualable, tentadora, la oportunidad de nuestra vida.
Aunque así es, vale más pagar una deuda y sentirnos con la tranquilidad de invertir más adelante aunque nos entre ese FOMO pensando que se nos fue la oportunidad de la vida, la verdad es que siempre hay segundas oportunidades en la bolsa, no te preocupes.
Así que en general, no hay “deuda buena». Todo deudor es esclavo de una forma u otra del acreedor. Y a muchos de ellos incluso les interesará que no pagues esa deuda para así continuar recibiendo los intereses, incluso para incrementar el interés, acceder a alguno de tus otros activos para hacer frente a la deuda, etcétera. Esto ocurre no solo entre personas, ni entre entidades (bancos) y personas, sino también a gran escala entre organismos cómo la Unión Europea y países.
Independencia financiera
Definir independencia financiera parece algo relativamente de blanco o negro cuando quizá la percepción de lo que es independencia cambia desde un punto de vista o desde un plan más o menos ambicioso. Pero siempre lo he visto definido de 2 formas diferentes:
- Cuando no tenemos ninguna deuda asociada a nosotros (bancaria, inmobiliaria o similar).
- Cuando tenemos suficientes ahorros para dejar de trabajar y vivir de los rendimientos del capital acumulado.
Debemos tener clara la definición, nuestra definición y nuestro concepto de independencia financiera, cuando nos marquemos -si es que nos lo marcamos- un objetivo financiero o cuando nos informemos, leamos, investiguemos sobre independencia financiera.
Un error común entre lo que entendemos nosotros por independencia financiera y lo que leemos fuera o peor aún, lo que aplicamos para conseguirla, nos puede dejar atrás del objetivo real que pretendíamos (creer que ahorrando 100 cada mes llegaremos al objetivo para luego descubrir que hubiera sido 120) o, al contrario, nos puede limitar durante mucho tiempo en otras áreas cuando en realidad no era necesario (hacer un esfuerzo para ahorrar 100 cada mes cuando en realidad con 90 era suficiente).
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